| dc.description | El hecho de encontrarnos reunidos en esta hermosa ciudad, es prueba irrefutable de la unidad y de la permanente apertura al diálogo que se practica al interior del gremio. En efecto, ante la propuesta acogida el pasado mes de marzo por la Junta Directiva, en el sentido de realizar este encuentro en Bogotá, por motivos de austeridad, un grupo de palmicultores de la Zona Norte y otros distinguidos agremiados solicitaron dentro del mayor respeto y comedimiento reconsiderar tal determinación, como en efecto se hizo. Los indicadores de crecimiento del mercado global son prueba irrefutable del brusco freno en la dinámica de las principales economías, circunstancia atribuible a factores por todos conocidos. Este escenario, de suyo crítico, ha concitado la voluntad de los líderes mundiales alrededor de la implementación de acciones mancomunadas, en procura del restablecimiento del orden económico internacional. El comportamiento favorable de los precios internacionales del aceite de palma observado durante cerca de quince meses, que llegó incluso a generar en algunos una infundada sensación de bonanza, y su abrupta descolgada a mediados del segundo semestre del año pasado, son un claro mensaje y una dura lección para quienes se niegan a entender el negocio de la palma como una actividad de largo aliento. La productividad nacional promedio cayó por tercer año consecutivo, pasando de 4,2 toneladas de aceite por hectárea en el año 2006 a 3,5 en 2008. De esta tendencia se exceptuó la Zona Central, que alcanzó un promedio cercano a 5 toneladas. A su turno, el rendimiento de fruto por hectárea disminuyó en un 13%; no obstante lo cual, la tasa de extracción contribuyó a compensar ligeramente la menor productividad en el campo. Cabe destacar, sin embargo, que en 2008 la producción de aceite de palma duplicó el crecimiento logrado en 2007. | es-ES |
