Discurso pronunciado por el Presidente Andrés Pastrana en el banquete de Estado ofrecido por el Rey de Malasia, Sultán Salahuddin Abdul Aziz Shah
Publicación:
Revista Palmas; Vol. 22 Núm. 1 (2001); 91-94
0121-2923
Revista Palmas; Vol. 22 Núm. 1 (2001); 91-94
0121-2923
Abstract
"Para mí es un inmenso privilegio ser el primer Presidente de Colombia en realizar una visita oficial a Malasia, y ser hoy el afortunado invitado de su Majestad El Yang Di-Pertuan Agong XI de esta querida y gran nación, en cuyo verdor y exuberancia reconozco el ambiente y la riqueza natural del Trópico que nos hermana en la distancia. El ejemplo de Malasia, sin duda, es un punto de referencia para países que, como Colombia, están decididos a avanzar por la senda del desarrollo y la justicia social, y a enfrentar inmensos desafíos como el problema mundial de las drogas, la violencia y la pobreza. Colombia ha sufrido desde hace casi cuatro décadas los embates de un conflicto interno que nos desangra entre hermanos, promovido por una minoría que no cree en los cauces democráticos y cuyos miembros no llegan siquiera al uno por mil de la población colombiana. Para recuperar la paz he liderado personalmente un proceso con la guerrilla más antigua de nuestro país, el cual avanza en una zona de distensión creada exclusivamente para los diálogos. Tenemos en Colombia más de 3 millones de hectáreas que se pueden dedicar a la producción de aceite de palma, así como excelentes recursos humanos y técnicos, que pueden garantizar que los proyectos de inversión conjunta o "joint ventures" sean todo un éxito.
"Para mí es un inmenso privilegio ser el primer Presidente de Colombia en realizar una visita oficial a Malasia, y ser hoy el afortunado invitado de su Majestad El Yang Di-Pertuan Agong XI de esta querida y gran nación, en cuyo verdor y exuberancia reconozco el ambiente y la riqueza natural del Trópico que nos hermana en la distancia. El ejemplo de Malasia, sin duda, es un punto de referencia para países que, como Colombia, están decididos a avanzar por la senda del desarrollo y la justicia social, y a enfrentar inmensos desafíos como el problema mundial de las drogas, la violencia y la pobreza. Colombia ha sufrido desde hace casi cuatro décadas los embates de un conflicto interno que nos desangra entre hermanos, promovido por una minoría que no cree en los cauces democráticos y cuyos miembros no llegan siquiera al uno por mil de la población colombiana. Para recuperar la paz he liderado personalmente un proceso con la guerrilla más antigua de nuestro país, el cual avanza en una zona de distensión creada exclusivamente para los diálogos. Tenemos en Colombia más de 3 millones de hectáreas que se pueden dedicar a la producción de aceite de palma, así como excelentes recursos humanos y técnicos, que pueden garantizar que los proyectos de inversión conjunta o "joint ventures" sean todo un éxito.
Palabras clave:
palma de aceite
elaeis guineensis
industria de la palma
inversiones
orden público
transferencia de tecnología
desarrollo económico y social
políticas
Colombia
sector palmicultor
palma de aceite
elaeis guineensis
industria de la palma
inversiones
orden público
transferencia de tecnología
desarrollo económico y social
políticas
Colombia
sector palmicultor