Best practices and sustainable development of the oil palm industry
Publicación:
Revista Palmas; Vol. 24 Núm. 4 (2003); 35-52
0121-2923
Revista Palmas; Vol. 24 Núm. 4 (2003); 35-52
0121-2923
Abstract
La viabilidad económica a largo plazo de cualquier sistema de producción agrícola depende de la rentabilidad y de las mejores prácticas desarrolladas. Cualquier recurso manejado de manera inadecuada puede contaminar el agua, el suelo y el aire. El reto para la agricultura es encontrar la forma de aumentar los rendimientos y mejorar el uso eficiente de nutrientes (reemplazando los que remueve el cultivo), reciclando desechos de cosecha para mantener la materia orgánica del suelo. El manejo del balance de nutrientes es la práctica más significativa y rentable para proteger la viabilidad de la industria palmera. El buen manejo del balance de nutrientes va acompañado de prácticas para la protección de suelo, agua y aire, incluyendo reducción de escorrentía, lixiviación y emisiones gaseosas. Las mejores prácticas requieren que las plantaciones, además de proteger el ambiente físico (suelo, agua, balance de nutrientes, materia orgánica), protejan también el ambiente biológico para la preservación de la biodiversidad, a través de la siembra de materiales de alto rendimiento, control de malezas, plagas y enfermedades.
La viabilidad económica a largo plazo de cualquier sistema de producción agrícola depende de la rentabilidad y de las mejores prácticas desarrolladas. Cualquier recurso manejado de manera inadecuada puede contaminar el agua, el suelo y el aire. El reto para la agricultura es encontrar la forma de aumentar los rendimientos y mejorar el uso eficiente de nutrientes (reemplazando los que remueve el cultivo), reciclando desechos de cosecha para mantener la materia orgánica del suelo. El manejo del balance de nutrientes es la práctica más significativa y rentable para proteger la viabilidad de la industria palmera. El buen manejo del balance de nutrientes va acompañado de prácticas para la protección de suelo, agua y aire, incluyendo reducción de escorrentía, lixiviación y emisiones gaseosas. Las mejores prácticas requieren que las plantaciones, además de proteger el ambiente físico (suelo, agua, balance de nutrientes, materia orgánica), protejan también el ambiente biológico para la preservación de la biodiversidad, a través de la siembra de materiales de alto rendimiento, control de malezas, plagas y enfermedades.
Palabras clave:
palma de aceite
elaeis guineensis
medio ambiente
desarrollo sostenible
protección ambiental
contaminación
transporte
mecanización
energía
dióxido de carbono
impacto ambiental
viabilidad económica
palma de aceite
elaeis guineensis
medio ambiente
desarrollo sostenible
protección ambiental
contaminación
transporte
mecanización
energía
dióxido de carbono
impacto ambiental
viabilidad económica