Mantenimiento como valor agregado en plantas de beneficio
Publicación:
Revista Palmas; Vol. 40 Núm. Especial T (2019); 50-55
0121-2923
Revista Palmas; Vol. 40 Núm. Especial T (2019); 50-55
0121-2923
Abstract
Por muchos años se consideró al área de mantenimiento como aquella que solo produce gastos, a la que se le “echan las culpas” de los problemas de una planta o instalación. Sin embargo, este concepto ha venido cambiando en el mundo, hasta el punto de verse hoy como lo que debe ser en las empresas industriales: un generador de valor, gracias a su aporte a la seguridad de las personas, al cuidado del medioambiente, a su contribución en el cumplimiento de las metas de producción y costos (objetivos estratégicos de la organización), y a la sostenibilidad de la imagen corporativa. Pero esto se logra en la medida que se le defina como proceso clave en la gestión de los activos productivos; a su inclusión como parte estratégica de la empresa; al trabajo sinérgico con los demás procesos del negocio, y a la toma de decisiones basada en riesgos. Traditionally, maintenance has been viewed as an expense, a process to “be blamed” or, in short, as something harmful. However, this idea has been changing worldwide over the past two decades, both in geographical and industrial terms. This paradigm shift has led to a new vision on what maintenance is or should be for the company: a value generator, thanks to its contribution to the safety of people, the care of the environment, its contribution in the fulfillment of production goals and costs (strategic objectives of the organization), and in the sustainability of the corporate image. But this is achieved to the extent that it is defined as a key process in the management of productive assets; to its inclusion as a strategic part of the company; to work synergistically with other business processes, and to make decisions based on risks.
Por muchos años se consideró al área de mantenimiento como aquella que solo produce gastos, a la que se le “echan las culpas” de los problemas de una planta o instalación. Sin embargo, este concepto ha venido cambiando en el mundo, hasta el punto de verse hoy como lo que debe ser en las empresas industriales: un generador de valor, gracias a su aporte a la seguridad de las personas, al cuidado del medioambiente, a su contribución en el cumplimiento de las metas de producción y costos (objetivos estratégicos de la organización), y a la sostenibilidad de la imagen corporativa. Pero esto se logra en la medida que se le defina como proceso clave en la gestión de los activos productivos; a su inclusión como parte estratégica de la empresa; al trabajo sinérgico con los demás procesos del negocio, y a la toma de decisiones basada en riesgos.