Abstract
El cultivo de la palma de aceite en Colombia ha sufrido un fuerte ajuste económico durante los últimos cinco (5) años, con graves consecuencias económicas y sociales para los productores, los trabajadores y las comunidades rurales que derivan su sustento de esta actividad. Al estar por concluir la Administración del Presidente Cesar Gaviria Trujillo, es importante y oportuno señalar, una vez más, el impacto sobre la actividad palmicultora de algunas de las principales políticas adoptadas por el Gobierno y su responsabilidad en la crisis de este subsector. En el cultivo de la palma la reducción en los Precios si se ha traducido en una pérdida de rentabilidad, ya que esta actividad tiene un alto componente de costos nacionales. Particularmente mano de obra, cuyos precios se han incrementado a tasas similares o superiores a la inflación, y los equipos e insumas importados, que han registrado incrementos de precios inferiores, representan una proporción menor de los costos; por lo tanto, el impacto favorable que pudiera tenerse por concepto de la apertura económica y de la política de reducción de costos de las importaciones, es bastante reducido. Un resumen, puede afirmarse que el gran deterioro de los precios al productor de palma durante los últimos cuatro años es consecuencia de una serie de factores. Que en su gran mayoría son responsabilidad del Gobierno. Los palmicultores han hecho un gran esfuerzo para fortalecerse y adecuarse al modelo de apertura económica, pero sin tener el impacto deseado, tanto por las imperfecciones que caracterizan el mercado local de aceites y grasas, como por las múltiples inconsistencias en el manejo de la política económica, comercial y sectorial del Gobierno.